Historia

 HISTORIA DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN 


Desde los comienzos de la República de Colombia se iniciaron los trabajos de la archivística nacional, como lo ilustra la instrucción archivística de 1826 que fue preparada por don José Manuel Restrepo, primer secretario del Interior de Colombia y también el primero de sus historiadores. En efecto, la instrucción del secretario Restrepo para la organización de los archivos de la Secretaría del Interior, dada el 25 de marzo de 1826, ya observaba el principio de procedencia institucional: para empezar, la organización de los legajos debía respetar la diferenciación de las cuatro entidades administrativas distintas de la experiencia republicana acumulada hasta entonces: el gobierno constitucional de Colombia comprendido entre 1821 y 1826, el gobierno venezolano del exilio de Guayana (1817-1819), y los dos gobiernos de las vicepresidencias de los departamentos de Cundinamarca y Venezuela (1819-1821). Del mismo modo, la división y la ordenación de los papeles del archivo de la Secretaría del Interior reflejarían sus tres secciones del despacho, cada una con cuatro departamentos.
Todos los funcionarios públicos fueron responsabilizados del cuidado de los archivos que producían en sus respectivas oficinas, los documentos tenían que ser clasificados y ordenados cronológicamente, y además tenían que ser indizados. Las carpetas y los legajos fueron seleccionados como las unidades contenedoras de los documentos, y el flujo documental tenía que terminar en el archivo general de la secretaría del despacho ejecutivo. Ya se había establecido que los archivos eran la fuente útil para la escritura de la historia de la nación colombiana, de lo cual dio el mejor ejemplo el mismo secretario Restrepo con su Historia de la revolución de la República de Colombia, publicada en 1827. El cuidado de la documentación fue advertido con un sistema de registro de préstamos entre las distintas dependencias.

Al disolverse la República de Colombia en 1830, las tres secretarías del despacho ejecutivo del Estado de la Nueva Granada heredaron los archivos de las cinco secretarías que habían funcionado durante la década de la República de Colombia, según los asuntos correspondientes a las nuevas secretarías del Interior y Relaciones Exteriores, Hacienda, Guerra y Marina. Las administraciones granadinas conservaron entonces tres archivos generales propios, cada uno con su propio archivero. Él traslado del archivo de la Secretaría del Virreinato a la Casa de Moneda puso al descubierto que ocho cuadros habían llegado al Tribunal de Cundinamarca entre el archivo de la Real Audiencia, los cuales provenían de la capilla que había existido en la casa de la Real Audiencia, por entonces en ruinas. El Tribunal quiso quedarse con ellos, pero el secretario de Gobierno de la República de la Nueva Granada exigió su entrega para destinarlos al acervo del Museo Nacional. Se trataba de un cuadro de san Isidro Labrador, de cuerpo entero y con marco dorado; un cuadro de san Miguel, de cuerpo entero y con marco dorado; un cuadro más pequeño de san Cristóbal, con marco dorado; un cuadro de San Sebastián en su martirio, con marco dorado, un cuadro pequeño con el escudo de armas de los reyes de España y tres retratos de esos reyes: Carlos V, con marco de madera; Felipe II, con marco de madera, y Felipe III con medio marco de madera, sin color. Esta pinacoteca de la capilla de la Real Audiencia efectivamente fue entregada al portero de la Secretaría de Gobierno, con destino al Museo Nacional.





 

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